A veces las pesadillas que estamos persiguiendo, terminamos siendo nosotros mismos.
La memoria y el olvido son como dos lados de mi ser. Dos caras de una misma moneda.
Sus ojos deambularon con el cantar del viento. Era un susurro que consigo se llevaba a la tempestad de aquel sentimiento.
Nunca es tarde para ser libres.
Toda aventura merece ser escuchada.